El semanario católico holandés Katholiek Nieuwsblad realizó una encuesta para evaluar el impacto de la reciente pandemia de Covid-19 en el nivel de la práctica religiosa entre los católicos de los Países Bajos, así como en la cantidad de voluntarios que sirven en la Iglesia en el país europeo.
Los datos confirman una disminución en la asistencia a la iglesia previa a la pandemia, pronosticada por muchos. Entre 2019 y 2022, la disminución de la asistencia dominical alcanzó el 36%.
"Si se hacen los cálculos, el resultado es una disminución promedio de alrededor del 14% por año, mientras que en los años anteriores a la pandemia, la disminución fue de alrededor del 6%", explicó Joris Kregting, del centro de investigación Kaski, en Katholiek Nieuwsblad.
Pero hay otro efecto menos esperado: el número de voluntarios también se ha reducido drásticamente. En el primer año del Covid, la cifra se redujo en un 10%, mientras que en años anteriores la disminución fue del 3-4% anual.
"Para los feligreses, la interrupción causada por el Covid puede ser temporal; para los voluntarios, es más probable que la disminución sea permanente", declaró Kregting. Esto sucede en un momento en que a las parroquias del país les resulta cada vez más difícil encontrar nuevos voluntarios, agregó.
La evaluación de los efectos
El Katholiek Nieuwsblad también realizó una encuesta en línea a los feligreses de los Países Bajos sobre su experiencia de los efectos de la pandemia.
Los resultados de la encuesta muestran un marcado contraste en la valoración personal de los efectos del Covid: muchos efectos considerados positivos, como la retransmisión masiva en línea, el fin del apretón de manos durante el intercambio de la paz, la disminución de la comunión en la boca (sic), etc., también ocupan un lugar destacado en la lista de efectos percibidos como negativos.
Esto podría ser un signo de una polarización que también se produjo dentro de la comunidad católica en los Países Bajos, y que se observa igualmente en las respuestas de muchos entrevistados.
"Esta locura solo ha creado una división aún mayor entre las personas", respondió un participante de la encuesta. Otro se quejó de las reacciones "inhumanas y anticristianas" hacia los creyentes que se negaron a ser vacunados.
Sin embargo, tanto los feligreses como los miembros de la Iglesia también ven muchos efectos positivos de la pandemia, especialmente desde una perspectiva social. Este efecto social positivo se menciona con frecuencia en la encuesta.
La profundización de la fe y la atención al aspecto misionero de la vida de la Iglesia también se mencionan como efectos positivos.
Varios feligreses hablan de un mayor énfasis en lo esencial de la fe durante la liturgia y un aumento en la devoción personal y la participación en los sacramentos. "La primera vez que me encontré con gente en la misma iglesia rezando en voz alta el Padre Nuestro, el Gloria y el Credo, me impresionó mucho", escribió uno de los encuestados.
